El árnica es una planta que crece sobre todo en Europa central y en las regiones con clima templado de América del Norte. Las personas suelen tomar árnica para tratar distintos tipos de dolor, picaduras de insectos, la inflamación y el dolor de las venas cerca de la superficie de la piel (flebitis superficial), hematomas, problemas de visión por diabetes, ACV, etc.
En la industria manufacturera el árnica se utiliza en diferentes productos para el cabello y productos para tratar la caspa. El aceite, además, se usa en perfumes y cosméticos. En este artículo hablaremos de los beneficios del árnica y cómo incorporarla en tu vida para sacarle el mejor provecho a esta planta y sus derivados.
Propiedades de la planta
Al árnica se le atribuyen muchos beneficios, entre las que destacan:
- Diferentes inflamaciones reumáticas como osteoartritis o artritis reumatoide. Varias compañías farmacéuticas han realizado estudios que han probado la eficacia de las cremas a base de árnica para reducir el dolor y aliviar la rigidez de rodillas y manos producida por la artritis. El árnica puede ayudar a inhibir los proceso inflamatorios en general, con una menor producción de citocinas, sobre todo en inflamaciones que afectan a rodillas y manos (tendinitis y otros dolores musculoesqueléticos).
- Golpes, contusiones y hematomas, además de dolores producidos por luxaciones, bursitis y torceduras gracias al poder antiinflamatorio, vulnerario y analgésico del árnica, que tiene una eficacia similar a los antiinflamatorios comerciales como el ibuprofeno.
- Distensiones musculares, mialgias y esguinces. Tomar árnica puede contribuir a reducir el dolor y la inflamación, en conjunto con los tratamientos recetados por el médico.
- Dolores neurálgicos tras un brote de herpes, por inflamación de un nervio. Se cree que el árnica podría aportar un efecto desinflamatorio y analgésico.
- Molestias dentales. Suele indicarse como un agente antiinflamatorio útil que podría reducir la hinchazón y ayudar a reducir la posibilidad de complicaciones derivadas de la extracción de alguna muela, en especial si se trata de una o varias cordales. Además ayuda a tratar también dolores asociados a la boca y garganta como la estomatitis (dolor de dientes), gingivitis, faringitis y amigdalitis.
- Irritaciones cutáneas, picaduras de insectos, urticarias, quemaduras leves, escoceduras, y para tratar el acné. Los remedios a base de árnica suelen aplicarse como antiinflamatorios y cicatrizantes. Se trata de medicina tradicional y de herbolario, pero también de un producto homeopático.
- Para el cuidado de pieles envejecidas, labios agrietados y heridas sin sangrado, entre otras afecciones de la piel también se utilizan preparados con árnica.
- Este tipo de preparaciones homeopáticas a base de árnica también se administran para tratar de disminuir el dolor tras una operación.
Cómo utilizar esta planta a tu favor
La parte del árnica que se utiliza son las flores. Estas pueden usarse en forma de té, tintura, pomadas o aceite, y todas deben utilizarse como una aplicación externa. Es importante no ingerirla, pues puede causar intoxicación. Además, tampoco debe aplicarse en heridas abiertas, cicatrices quirúrgicas recientes o sobre un sangrado, porque podría ser absorbida por la piel y causar efectos colaterales. Estas son algunas de las formas en que puedes sacar mayor provecho de los beneficios del árnica:
Compresa de infusión de árnica
Esta infusión está indicada para usar en el caso de arañazos, contusiones y hematomas en la piel. Además, puede utilizarse para hacer gárgaras en caso de inflamación en la garganta, pero nunca ingerida.
Coloca flores de árnica en agua hirviendo y deja reposar por 10 minutos. Cuela el té, sumerge la compresa y aplícala tibia sobre la región afectada de 2 a 3 veces al día.
Pomada de árnica
Es ideal para ser aplicada sobre zonas adoloridas debido a contusiones, golpes o hematomas, pues es buena para aliviar el dolor muscular. Para hacer esta pomada necesitarás cera de abeja, aceite de oliva y flores y hojas de árnica picadas.
Coloca los ingredientes en una olla en baño maría y deja hervir a fuego lento durante varios minutos. Una vez apagado el fuego, deja los ingredientes macerar dentro de la olla por algunas horas. Antes de enfriar, cuela la preparación y almacena la porción líquida en recipientes con tapa. Mantenlos en un lugar seco, oscuro y aireado. Esta pomada tiene una vida útil de 1 año.
Tintura de árnica
La tintura de árnica, preparada con alcohol, es buena para tratar hematomas causados por golpes, contusiones y lesiones musculares. También es buena para el dolor en las articulaciones causado por osteoartritis.
Tritura hojas secas de árnica con un mortero para liberar las sustancias activas. Luego, coloca las hojas que trituraste en un recipiente de vidrio con tapa, que esté limpio y seco. Agrega alcohol y algo de agua filtrada. Luego cierra el recipiente y cúbrelo por fuera con papel aluminio para dejarlo reposar durante 1 semana. Recuerda agitar el frasco todos los días. Después de pasada esa semana, retira las hojas de árnica de la solución y pásala a otro frasco de vidrio limpio y seco, también cubierto con papel aluminio. Esta tintura tiene una vida útil de un año.
Recuerda agitar el frasco antes de utilizarla.
Contraindicaciones de uso
A pesar de sus muchos beneficios, es importante evitar el consumo o aplicación de árnica en grandes cantidades, pues en exceso puede provocar intoxicaciones. Además, no debe ser utilizada en mujeres embarazadas (pues podría ocasionar un aborto espontáneo), niños o personas alérgicas a esta planta.
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